Apoyar a tu mujer durante el parto es un papel emocionante y crucial. (Además, los estudios demuestran que las mujeres que tienen apoyo durante el parto son más propensas a tener resultados positivos, incluidos tiempos de parto más cortos y menos intervenciones médicas). Aun cuando tú y tu pareja han decidido contratar a una doula para el parto, es buena idea estar listo para saber qué esperar durante el trabajo de parto.
Tu pareja buscará en ti consuelo, fuerza y aliento durante todo el proceso de trabajo de parto y parto. Es un proceso donde habrá momentos donde deberás actuar, pero también otros donde más vale no estorbar. Y si bien puede resultarte difícil verla en dolor, es probable que descubras que el parto puede ser uno de los momentos más poderosos y gratificantes de la vida —además de uno de los más especiales con tu pareja.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos sobre qué esperar y cómo brindar apoyo durante el trabajo de parto:
Reconoce las señales del trabajo de parto
El momento del parto es un evento esperado y lleno de emociones, pero a menudo, identificar cuándo comienza el verdadero trabajo de parto puede resultar confuso. Durante las etapas finales del embarazo, muchas mujeres experimentan lo que se conocen como contracciones de Braxton Hicks, que pueden sentirse como señales de parto, pero a diferencia del verdadero trabajo de parto, estas contracciones generalmente no son dolorosas. Algunas mujeres las describen como una sensación de tensión en el vientre que viene y va.
Sin embargo, hay ciertos signos que pueden indicar que tu pareja está experimentando contracciones de parto reales:
Ruptura de fuente: Esto puede manifestarse como un goteo o un chorro de líquido. Cuando se rompe la bolsa amniótica, muchas mujeres entran espontáneamente en trabajo de parto poco después. En otros casos, si no ocurre espontáneamente, a menudo se induce el parto para minimizar el riesgo de infección. Es importante tener en cuenta que las contracciones suelen comenzar antes de que se rompan las aguas.
Dolor persistente en la parte baja de la espalda: A menudo, se describe como una sensación similar a un calambre premenstrual.
Contracciones regulares y crecientemente más cortas, intensas y frecuentes: A medida que se acerca el verdadero trabajo de parto, las contracciones comienzan a aparecer a intervalos regulares, haciéndose más frecuentes, intensas y prolongadas.
Expulsión del tapón mucoso: Este tapón se encuentra en el cuello uterino y su liberación no siempre indica que el parto es inminente; aún podrían pasar varios días. Sin embargo, al menos indica que las cosas comienzan a avanzar.
Reconocer estos signos es crucial, ya que indica que el cuerpo de tu pareja se está preparando para el parto. Estar atento a estas señales puede ayudarte a estar listo para ofrecer el apoyo y la asistencia que necesitará durante el emocionante momento del nacimiento.
Tiempo de contracciones y espera previa al hospital
Una de las expectativas más comunes sobre el parto, alimentada por películas y series de televisión, es que una mujer en trabajo de parto corre inmediatamente al hospital a contrarreloj. Sin embargo, la realidad es diferente: la mayoría de las mujeres experimentan un periodo de trabajo de parto en casa antes de dirigirse al hospital. Por lo general, las primeras etapas del parto suelen ser más llevaderas y cómodas en el hogar. En muchos casos, los hospitales no admiten a una mujer en trabajo de parto hasta que las contracciones son regulares, dolorosas, se producen cada tres a cinco minutos y el cuello del útero comienza a dilatarse.
Ojo, lo anterior no quiere decir que esto sea una regla. Como en todo, siempre hay excepciones. En mi caso, el ginecólogo de mi esposa, durante su última consulta previa al parto me comentó que estuviera preparado, porque el día del nacimiento de mi hijo, “pudiera presentarse en el transcurso de esa semana”. Mi hijo nació ese mismo, día más tarde.
Volviendo al tema de las contracciones, una herramienta útil para este periodo es cronometrarlas periódicamente para tener una idea de cómo progresa el trabajo de parto. Sin embargo, no es necesario hacerlo de manera continua. Existen aplicaciones gratuitas para el cronometraje de contracciones que pueden realizar un seguimiento por ti.
Estas contracciones se miden en segundos desde el inicio de una contracción hasta el inicio de la siguiente. El intervalo entre las mismas se cuenta en minutos. No es recomendable obsesionarse con el cronometraje, ya que puede hacer que el trabajo de parto parezca más largo de lo que realmente es.
En este punto, estar disponible para ayudar a tu pareja a relajarse es fundamental. Puedes sugerir actividades que ella desee hacer para mantener la calma, como ver su programa de televisión favorito, dar un paseo, ducharse o incluso tomar una siesta. Este no es el momento para finalizar proyectos de último minuto o realizar tareas domésticas.
Si tu pareja está experimentando contracciones regulares y dolorosas que duran 30 segundos o más, probablemente esté en la etapa inicial del trabajo de parto. Su ginecólogo o doula puede ayudarte a tomar la decisión sobre cuándo dirigirse al hospital. Como regla general, si las contracciones se presentan cada cinco minutos o menos, duran más de 30 segundos y siguen ese patrón durante una hora, es hora de dirigirse al hospital.
Como les comenté, es importante recordar que cada situación puede variar, por lo que es aconsejable hablar con su ginecólogo con anticipación para conocer lo que es adecuado para ti y tu pareja durante este emocionante y crucial momento.
La hora de la verdad: lo que puede suceder durante el trabajo de parto
Estar en el hospital en pleno parto no es el momento adecuado para hojear ese libro sobre el embarazo que compraste o repasar los apuntes del curso prenatal que tomaste, así que más vale que hayas hecho tu tarea. De antemano te recomiendo que acudas a un curso prenatal con la mente abierta y hagas las preguntas que tengas: obtendrás información sólida y te harás una idea de cómo planifican el parto otras parejas.
El trabajo de parto es un proceso complejo y emocionante que conlleva diferentes etapas. Conocer qué esperar durante este tiempo crucial es fundamental para brindar un apoyo efectivo a tu pareja y para que tú estés preparado mentalmente para este momento.
Debes saber que el trabajo de parto se divide principalmente en tres etapas distintas, cada una con sus propias características y duraciones variables. La primera etapa comprende tres fases: la fase temprana, la fase activa y la fase de transición.
Durante la fase temprana, las contracciones pueden ser incómodas pero más espaciadas, mientras que en la fase activa, estas se vuelven más intensas y cercanas, requiriendo métodos de relajación y ayuda continua. La fase de transición, la última de esta etapa, marca el comienzo de una intensidad considerable en las contracciones.
La segunda etapa es el momento de empujar y dar a luz, y puede durar desde minutos hasta horas. Este tramo concluye con el nacimiento del bebé, un momento inolvidable para ambos.
Por último, la tercera etapa comienza inmediatamente después del nacimiento del bebé y culmina con la expulsión de la placenta. Es durante esta fase que tu pareja podría experimentar escalofríos o temblores, y tu presencia calmada y apoyo serán cruciales.
Comprender estas etapas te brindará una visión clara de lo que puedes esperar durante el trabajo de parto y cómo puedes ofrecer el apoyo necesario a tu pareja en cada fase del proceso.
Tu plan de parto: apoyo y flexibilidad durante el gran día
El plan de parto es un recurso invaluable, pero es igualmente importante ser flexible y estar preparado para ajustes sobre la marcha. Cada mujer tiene sus propias preferencias y expectativas sobre cómo quiere que se desarrolle el parto. ¿Desea un parto con epidural? ¿Tiene planes para guardar la sangre del cordón umbilical? ¿Piensa conservar la placenta para encapsulación?
Es fundamental discutir estos detalles y elaborar un plan de parto mucho antes de la fecha prevista para el nacimiento. Este plan es una guía útil para el gran día, y claro, aún con el plan debes estar abierto a cambios inesperados.
Es natural que las estrategias de parto no funcionen igual para todas las mujeres. Como compañero, tu papel es ser un apoyo sólido, discerniendo entre lo que funciona y lo que no durante el proceso del parto. Esto implica ser adaptable, dejar de lado lo que no sea efectivo y asegurarse de que la mujer en trabajo de parto esté cómoda y apoyada en todo momento.
La capacidad de adaptarte a las circunstancias cambiantes y proporcionarle un apoyo continuo a tu pareja es esencial. El parto puede llevar giros inesperados, pero tu disposición para ser flexible y estar allí para respaldar las decisiones de tu pareja será de gran valor durante este momento significativo.
Lo imprescindible para tu estancia en el hospital: qué debe contener tu maleta
Mientras tu pareja se prepara con su maleta para el hospital, es igualmente importante que tú hagas una también. ¿Por qué? Porque es probable que pases la noche en el hospital, ¡y debes estar listo!
Asegúrate de empacar:
- Un cambio o dos de ropa cómoda.
- Zapatos cómodos y un par adicional de calcetines limpios.
- Tu cepillo de dientes, pasta dental y desodorante.
- Cualquier medicamento que necesites.
- Tu teléfono celular (¡y su cargador!) para mantener a tus seres queridos informados.
- Algunos snacks para mantenerte con energía (¡sin olores fuertes, por favor!)
- En caso de que el nacimiento sea en agua, recuerda empacar tu traje de baño
Recuerda, tu comodidad también es esencial mientras brindas apoyo a tu pareja durante este momento especial.
Toma la batuta
Es crucial estar preparado para tomar la batuta durante el parto. En ocasiones, una mujer en trabajo de parto no está en las mejores condiciones para tomar decisiones difíciles o hacer solicitudes asertivas. Como su pareja, asegúrate de estar listo para intervenir si la situación lo requiere. Podrías necesitar ayudarla a evaluar lógicamente sus opciones sobre ciertas decisiones médicas. Es posible que debas estar comunicándote con su ginecólogo o partera, buscar a un anestesiólogo o estar pendiente si hay que llevarle un espejo para que ella pueda echar un vistazo a lo que está sucediendo.
A pesar de que los profesionales médicos están ahí para garantizar que tu pareja y el bebé estén bien durante el parto, aún tienes un papel importante para ayudarla a sentirse segura y comunicar sus deseos. Si ella planea amamantar, asegúrate de que tenga la oportunidad de hacerlo poco después del nacimiento del bebé y que alguien esté allí para ayudarla si tiene dificultades.
No te tomes las cosas personales
Es fundamental comprender que una mujer en trabajo de parto puede estar concentrada en su propio mundo. Dar a luz es un trabajo largo y difícil, y algunas mujeres encuentran la mejor manera de enfrentarlo es concentrándose en lo que les está sucediendo y, a veces, ignorando a su alrededor. También puede volverse irritable contigo en algunos momentos.
Es esencial no malinterpretar su comportamiento como un rechazo hacia ti. Sus preferencias pueden cambiar drásticamente durante el trabajo de parto. Por ejemplo, algo que disfrutaba al inicio del parto podría resultar intolerable más tarde. En esos momentos, lo mejor es ser comprensivo y respetar sus necesidades. Y ya no hablemos del Baby Blues.
Pregunta tus dudas al personal médico
Los profesionales de la salud deberían, pero no siempre, explicar lo que están haciendo y si es obligatorio hacerlo. No dudes en buscar información, ya sea sobre procedimientos médicos, actualizaciones sobre cómo avanza el trabajo de parto o maneras de ayudar a tu pareja a sentirse más cómoda, especialmente si ella no puede hacer preguntas por sí misma.
Los médicos, parteras, enfermeras y otro personal médico estarán encantados de responder cualquier pregunta que tengas, especialmente si estás tratando de ofrecer más apoyo a la futura mamá. Si notas que hay silencios prolongados, no tengas miedo de expresar tus inquietudes. Están acostumbrados a responder preguntas y ofrecer la información necesaria.
Conoce tus propios límites
En la sala de parto pasarán muchas cosas. Es importante ser consciente de lo que estás dispuesto a hacer durante el proceso y qué prefieres dejar en manos de los profesionales. Por ejemplo, si no te sientes cómodo cortando el cordón umbilical (incluso si eso estaba en el plan de parto inicial), simplemente dilo.
Si la sola vista de sangre o incluso el proceso del parto te hace sentir incómodo, aunque no lo esperabas, recuerda que está bien mirar hacia otro lado. No te avergüences ni te sientas culpable. Enfócate en tu pareja: mírala a los ojos y bríndale apoyo en este momento.
Ofrece aliento durante el parto y el nacimiento
Este es el tipo de evento importante en la vida para el que simplemente estar presente es una de las cosas más importantes. Incluso si prefieres o debes dejar la mayoría de las tareas prácticas a los profesionales médicos, tu presencia importa. Tu pareja buscará tu ánimo y apoyo durante todo el proceso.
Muchas veces, el proceso de parto puede parecer aterrador. Es importante manejar tus miedos y los de tu pareja haciendo preguntas cuando sea necesario, sabiendo cuándo no preocuparse y proyectando un sentido de confianza y calma tranquilizadora para la mujer en trabajo de parto. En este momento, eres el compañero de apoyo, y tu trabajo es muy importante.






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