Hace poco, en una plática entre amigos papás, definíamos qué tipo de habilidades son las que valoramos más cuando eres freelancer. Supongo que eso depende del tipo de vida que quieras llevar. En el caso de quienes somos padres de familia, esto le da sentido de lo que son tus prioridades y te permite concentrarte y reconocer algunas cosas sobre ti mismo.
Dejar de estar en una nómina no es el fin del mundo, pero es obvio que este estilo de vida no es para quienes le huyen a los riesgos. Y la verdad es que hay menos peligro del que imaginas. No te asustes, no te va a pasar nada por salir de tu zona de confort y de un horario de nueve a seis de la tarde. Ah, y prepárate para ser víctima de uno que otro comentario sarcástico –más vale que te valgan gorro.
Considéralo como una oportunidad para valorar que eres más creativo de lo que piensas. Hay un millón de maneras de hacer dinero. La mayoría de ellos no implican estar sentado en un cubículo esperando a que llegue el ‘viernes chilango’.

Analiza a fondo cuáles son tus habilidades.
Determina cuáles de ellas pueden comercializarse. Recuerda la frase del guasón en The Dark Knight: ‘si eres bueno en algo, no lo hagas gratis’. Intenta hacer una primera llamada vendiéndote. No es tan complicado. Sólo se necesita un poco de carácter.
Mantén en mente el objetivo por el cual renunciaste. Si dejaste de tu empleo de Godínez sólo para pasártela sentado en tu oficina en casa, no estás entendiendo. Manda a hacer por fuera todo el trabajo que puedas a un precio económico. Sal a la calle. Disfruta de la vida. Prefiero ganar 50 pesos haciendo poco, a ganar 100 trabajando todo el día.
Inviértele. Todo el trabajo que hago es desde un iPad y su teclado (no escatimes en gadgets útiles). Con eso y un smartphone, debería bastarte para llevar un día de trabajo mientras bebes una cerveza en la playa.

Reduce tus consumos mensuales. Los artículos o servicios costosos no son los que ocupan más parte de tu presupuesto, sino las cuentas mensuales. Cable, servicios al coche. renta, etc. Por ejemplo, valora si es necesario tener un comedor que nunca usas y así, vas eliminando.
Habla con la gente. Lo que más extrañan los recién desempleados al estar fuera de una oficina, es el ruido. Que no te gane la timidez, únete a un equipo de algo, arma una fiesta. Entabla una conversación con un desconocido. Verás que basta hacer el mínimo esfuerzo y salir de tu casa para lograrlo.

Ten paciencia. Ajustarte a esta nueva forma de vida no sucede de la noche a la mañana. Mantén la confianza en ti mismo. Adquiere un poquito de valor. Muy pronto el ritmo de vida disminuirá y así podrás ser capaz de concentrarte en las cosas que te hacen feliz.






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