Esto siempre sucede cuando vuelves de un viaje: Después de pasártela increíble, te encuentras de regreso en medio de una actividad intensa generada por semanas de ausencia. Primero las actividades domésticas cómo papá, como reajustarse a la rutina con tus hijos, desde la levantada, el desayuno, hasta llevarlos a escuela. Y en el ámbito laboral, si los pendientes que se han acumulado durante este tiempo son de gran importancia, debes ponerte al día, lo que no es una tarea muy sencilla. Así que aquí van algunos trucos para facilitar esta transición de regreso a la dura realidad.

Antes de salir:

Limpia tu casa. Esta tarea es sencilla, pero por lo mismo, puede pasar por alto –y créanme, marca toda la diferencia. Antes de salir procura darle a tu casa una limpieza rápida. Hay que dejar la cama hecha. Lavar los platos. Sacar la basura. Con la expectativa del viaje en puerta, será lo último en la vida que querrás hacer, pero hazlo. Será infinitamente peor si lo dejas para cuando regresen.

Programa una entrega de despensa. No me gusta volver y encontrarme con verduras echadas a perder , leche agria y tener que pedir comida a domicilio. Así que mientras estoy sentado en el aeropuerto, uso alguna app de entrega a domicilio y programo una entrega para el día que vuelvo. Lechuga, plátanos, aguacate, fresas, queso de cabra,leche y alguna proteína,  por lo general están incluidos en la lista.

El día que tu regreso:

Desempaca de inmediato. Después de horas de viaje, desempacar es lo que menos querrán hacer. Pero si no lo hacen al primer segundo tras entrar a la puerta, de seguro que nuestro equipaje estará allí estorbando por varios días. Aprovecha la inercia del jet lag que traen, al día siguiente ni siquiera recordarás lo molesto que fue haberlo hecho. Además, es una manera de fiebre disciplina en la familia.

Saborea tus últimos segundos previos a la dura realidad. Después de desempacar, no hagas nada más que beber una copa de vino y relajarte con la familia. Disfrútense. Ese día todavía es parte, técnicamente, de tus vacaciones. Disfrútalo.

Segundo día:

Mata un día. No hay nada peor que llegar el día anterior a uno laboral. Si debes ir a la oficina, siempre vuelve dos días previos. El día anterior dedícalo a la recuperación. Trata de levantarte a una hora normal para aprovechar el día y que todos se ajusten a la rutina. Dedícale un buen rato a hacer ejercicio. Come sano. No revises es correo electrónico del trabajo.

Revisa tus fotos. Siempre tomo un montón de fotos y vídeos en mis viajes. Pero no suelo revisarlos hasta el día después de mi regreso. Eso me mantiene en el humor de la vacación y me ayuda a reforzar los buenos recuerdos una vez que estoy en casa con mi familia. Haz una edición rápida y publícalos en tus redes sociales, pero no etiquetes la ubicación. Deja que tus amigos descubran nuevos lugares por su cuenta.

Tercer día:

Ponte al día. Tu prioridad debe ser ponerte al día en el trabajo, sólo que a nadie le gusta esta tarea. Ten una junta de una hora con la persona que te cubrió, no más tiempo. Si quieres volver a hacer otro viaje, comienza la reunión dándole un regalo a esta persona del lugar que visitaste. Luego pídele que te ponga al tanto de los temas más urgentes, sin entrar en detalles –a menos que sea necesario. Cada tema debe venir con una sugerencia y requieren de una respuesta concreta: sí / no . Al final de la reunión debes salir con tus prioridades establecidas para la semana.

Programa un masaje. Estar detrás de tus pequeños en las vacaciones te cobrará factura, por mucho que lo hayan pasado bomba. Si puedes programa un masaje para el final del día, pues hará que te mantengas motivado y conservará el mood zen que traes del viaje. Esto es importante. Hay un millón de razones para viajar, y una hora de reflexión en silencio, mientras alguien relaja tus nudos en la espalda, te ayudará a recordar la tuya.

Tendencias